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Chivo Misterioso A mitad de la calle Juárez existió un enorme fresno que vivió más de cien años; en el siglo pasado era muy popular de que todas las noches salía un chivo misterioso de considerable tamaño que se dedicaba a espantar a inocentes personas que frecuentaban las altas horas de la noche.
En aquel lejano tiempo, varios niños indígenas fueron aceptados en distintas casas para prestar servicios a cambio de comida y asistencia a la escuela, regresando estos a sus pueblos con buena instrucción. |
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Uno de ellos fue don Manuel Sotero, maestro distinguido y admirado, no sólo en su pueblo natal que era Olintla sino en toda la sierra zacateca. Otro de ellos se llamó Fernando, fue alojado en casa de don José María Velázquez. Una noche lo mandaron a la casa de don Lorenzo a comprar cebada para un caballo y le salió el chivo, se paró en sus pies traseros y se apoyó en los hombros de Fernando, movía sus mandíbulas como para masticar y tenía los ojos color de lumbre. El niño logró escapar y corrió a la casa de don Lorenzo, pero al entrar cayó desmayado al suelo, después de lanzar gritos muy agudos.
Un nieto de don Lorenzo, Valeriano Barrera era parrandero y regresaba a su casa aproximadamente a las doce de la noche y de pronto oyó al chivo que chillaba en medio de la calle, Valeriano se acercó violentamente al tronco del fresno centenario para evitar que el animal lo atacara, más de pronto lo oyó chillar arriba del árbol; entonces corrió lleno de miedo hasta su casa. pero ya sabe usted, que hay cosas increíbles pero ciertas. Supongo que todo fue obra de la imaginación o del miedo.
Profr. Baudelio Candanedo 1970
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Derechos Reservados Relojes Olvera III Generación
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